En los últimos años, China se ha convertido en la principal fuente de crecimiento de las exportaciones de materias primas de América Latina y el Caribe –petróleo, cobre, hierro, soja--, mientras Latinoamérica es el destino puntual de sus manufacturas.
En el período 2005-2010 se duplicaron tanto las importaciones chinas como sus exportaciones a la región: de acuerdo a cifras de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), las exportaciones latinoamericanas representan el 31% de las exportaciones totales de China, y las materias primas del área representan el 27,7% de sus importaciones. Además del intercambio comercial, en el mismo periodo crecieron exponencialmente las inversiones directas de China y los préstamos de sus bancos a países de la región.
Cuando la animosidad contra los acreedores occidentales cundió entre los países agrupados en Alba, la Alternativa Bolivariana para los Pueblos de América, allí estaba China. Entre 2005 y 2011, los préstamos otorgados por los bancos chinos a los países de América Latina y el Caribe sumaron 75.215 millones dólares, de acuerdo a los cálculos del internacionalista estadounidense Kevin Gallagher y su equipo de trabajo del Global Development And Environment Institute (GDAE, por sus siglas en inglés). El grueso del dinero fue destinado al desarrollo de infraestructuras en transporte, telecomunicaciones, minería y energía, y a un par de satélites chinos que compraron Bolivia y Venezuela. Las deudas más grandes le pertenecen a Venezuela (38.500 millones de dólares), a Brasil (11.731 millones de dólares), a Argentina (10.000 millones de dólares) y a Ecuador (6.034 millones de dólares).
En la última década, uno de los socios que ha sacado mayor provecho del replanteamiento de la relación con China es Chile, el primer productor mundial de cobre, que destina un tercio de esa producción al gigante asiático. Al cierre de esta semana, el precio del cobre registró un alza de 3,7%, hasta ubicarse en 3,352 dólares por libra. La Comisión Chilena del Cobre (Cochilco) sostiene que esto ocurrió gracias al “crecimiento del sector externo chino durante abril”. En 2012, el precio promedio del cobre fue de 3,6 dólares por libra y en lo que va de año, se ha situado en 3,49 dólares.
Bolivia, entre los países más pequeños, también tiene su lugar en el mapa de los negocios chinos. Este 11 de mayo, el Gobierno de Evo Morales recibió un donativo de 8 millones de dólares por parte de China, que serán invertidos durante los próximos cinco años en la compra de equipamiento no bélico para sus Fuerzas Armadas. “Este es un ejemplo de cooperación entre los países sur-sur”, ha dicho tras el anuncio el subjefe del Estado Mayor del Ejército Popular de Liberación de China, general Wang Guanzhong, quien la semana pasada encabezó la delegación china que estuvo de visita en La Paz. En los últimos cinco años, las fuerzas militares de Bolivia han recibido de China decenas de camiones, buses y lanchas patrulleras artilladas, por la vía de la cooperación o de los créditos; y se prevé que el satélite chino, por el que La Paz adquirió una deuda de 251 millones de dólares, estará en órbita a fines de 2013. También hay conversaciones para que en el futuro cercano China invierta algunos millones de dólares en la industrialización de las reservas bolivianas de litio.
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